Descripción
Champagne Perrier Jouet Belle Epoque Rose 2012
Champagne Perrier Jouet Belle Epoque Rose 2006 denota la elegancia floral que caracteriza a la cuvée Belle Époque Rosé. Revela el delicado color del vino como si se tratase de un homenaje a los excepcionales viñedos Perrier-Jouët, viñedos que se han clasificado con un 99,2% en la “escala de Crus” de la región de Champagne.
Champagne Perrier Jouet Belle Epoque Rose 2006 ha sido creado por Hervé Deschamps, séptimo Chef de Caves de Perrier-Jouët, según una tradición perpetuada durante más de doscientos años. Al igual que con la cuvée Belle Époque, los vinos son seleccionados barrica por barrica y elaborados uno a uno. El ensamblaje se lleva a cabo con la mayor de las precisiones, lo que garantiza que se puedan degustar en su plenitud todos los matices de los diferentes vinos.
Nota de Cata:
Vista: En vista se presenta con un color rosa con matices naranjas, complementado con un toque de amarillo.
Nariz: Delicado y complejo a la vez, Belle Époque Rosé 2004 combina con maestría los aromas de flores y frutas. La fragancia de peonías da paso a notas de frutos rojos frescos (fresa y frambuesa) y cítricos (naranja y pomelo rosa), para finalizar con granada.
Boca: Un ataque fresco y refinado, con notas de granada fresca y pomelo rosa. Redondo, grácil y armonioso, Belle Époque Rosé 2004 despliega un final largo y sedoso en boca.
Maison Perrier-Jouët
La maison trabaja con pequeños volúmenes, y a lo largo de sus dos siglos de historia solamente ha contado con 7 jefes de bodega para privilegiar la peculiaridad sobre el volumen. Estos jefes han conseguido conservar intactos los tesoros de la bodega, como por ejemplo, el Perrier-Jouët 1825, el vino más antiguo, aún existente en Champagne, que reposa en el particular Edén de esta casa. Hervé Deschamps, Chef de Caves desde 1993 y actual depositario de esta herencia, representa bien esta filosofía de artesanos creadores diseñando cada cuvée como una obra única, a la manera de un artesano del vino.
Perrier-Jouët cuenta con 65 hectáreas de viñedo propio, casi exclusivamente calificadas como Grand Crus (99,2%), con la mejor uva Chardonnay de la Côte des Blancs (las mejores parcelas de Cramant). Son vides excepcionales, ubicadas inmejorablemente en el “triángulo mágico del Champagne”. Esta variedad aporta delicadeza y elegancia. Por otro lado, la Pinot noir aporta estructura al vino y lo realza sin dominarlo. Por último, la Meunier juega el papel idóneo en la combinación de las dos anteriores variedades, ayudando a aportar rotundidad, sabor afrutado y equilibrio al vino.
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